Estamos mal pero vamos bien
Otra vez River nos mostró sus dos personalidades. La del primer tiempo, apática y sin ideas, y la del segundo en la que, sin llegar a brillar, por lo menos demostró vergüenza deportiva y ganas de ganar el partido. Ya no cabe preguntar cuál de las dos es River, porque todos sabemos que es las dos. Y obviamente tiene que ver con quienes son los protagonistas. River ya no tiene dos equipos en su plantel. Siempre se dijo que los suplentes del Millo podrían ser titulares en cualquier otro equipo, pero hoy no sé si esto sería así. Hay niveles muy bajos. Si, ya se, alguno me va a decir que los tres ex River que presentó Vélez parecía que jugaban en el Brasil del 70, y por ahí tiene razón. Pero veo jugar a tipos como Enzo Díaz, que no puede sacar un centro decente, o Echeverry, que se lo comió el personaje, y no me imagino que puedan jugar bien en otro equipo. Por eso creo que River tiene un muy buen equipo titular, algunos grises que uno no sabe si son titulares o suplentes y el resto que completa el plantel sin haberse adaptado todavía o ya habiendo demostrado que no les da el piné.
Gallardo sabe esto y también sabe que debe arreglárselas con este plantel por lo menos hasta fin de año. Y entonces los va rotando para equilibrar cargas aunque, cuando las papas queman, terminan jugando siempre los mismos. Por eso es que jugó el Huevo Acuña un ratito después de que le dieran el alta, por ejemplo.
Y ayer era uno de esos partidos en que la mano venía brava. Al terminar el primer tiempo estábamos perdiendo con el puntero, en casa, y sin haber pateado ni una vez al arco. Bueno, para ser sinceros, el rival tampoco había hecho mucho para conseguir el triunfo parcial. Pero les bastó con un centro en el que los defensores jugaron a los 3 chiflados y Armani se comió el amague (te quiero mucho, Pulpo, pero vos sos el que está de frente a la jugada y el que debe salir a romper todo buscando el balón) para que Romero le pegue con el pecho y la mandé a guardar.
Pero en el segundo tiempo la Banda cambió el chip. Salieron Meza (todavía no demostró por qué vino) y Echeverry, y entraron Solari y Colidio. Y desde el arranque ya crearon una jugada que terminó con córner a nuestro favor. Y de ese tiro de esquina llegó el centro que pegó en la mano de Romero. El árbitro, a instancias del VAR, cobró penal, y Borja lo convirtió en gol. Partido empardado. A barajar y dar de nuevo.
Lo que pasó después se pareció bastante a lo que uno se imaginaba antes del partido. Vélez demostró que es un buen equipo, pero se fue quedando a medida que pasaban los minutos y empezaban los cambios. Y River, ya más tranquilo con el empate, fue poniendo toda la carne al asador hasta terminar más completo y dando la sensación de que, si se jugaba un rato más, lo terminaba ganando.
Pero fue empate y no se le pudo descontar puntos a un equipo que, a no ser que pase una catástrofe futbolística, terminará siendo el campeón del torneo. A nosotros nos queda la Copa. Estamos a tres partidos de gritar campeón. Tres partidos que disfrutaremos o sufriremos de acuerdo a la personalidad que decida mostrarnos River en cada uno de ellos.
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