Un triunfo de esos que invitan a soñar
Olé, olé. Olé, olé, olá, que los bosteros no nos ganan nunca más. Nunca mejor cantada está canción que ayer después del partido. Porque River tenía todo en contra. La racha adversa de visitante era una daga clavada en el alma. Y para colmo la presión era doble por no estar jugando la copa. Por eso Demichelis esta vez se dejó de experimentos y mandó a todos los peso pesado a la cancha. Cada uno en su función natural. Entonces entró Herrera (que jugó uno de los mejores partidos desde que llegó) por Simón, y Casco fue de tres. Y volvió la zaga titular del torneo pasado. Y se pobló la media cancha con jugadores que se asociaron y no se estorbaron. Y adelante jugó Rondón, que sigue gustándome menos que Borja, pero está pasando un buen momento.
Y por tan buen momento está pasando el venezolano que hizo un gol casi sin querer. Porque Enzo Pérez agarró un rebote y le pegó con el alma. Y la pelota se iba, pero rebotó en Salomón que la desvió y la metió en el arco. Era el final del primer tiempo y, hasta ahí, casi no había habido chances claras en ninguno de los dos arcos. Solo un mano a mano que Armani le tapó a Benedetto (todavía no entiendo cómo puede haber hinchas que lo cuestionen) y no mucho más. Ese gol fue demasiado para un Boca que estaba pensando más en el jueves que en el clásico, y se vió superado ya no solo en el fútbol, si no también en el marcador.
Por eso para el segundo tiempo Almirón se vió forzado a romper el plan original y meter mano en el equipo. Fueron tres cambios en el entretiempo, y dos más al ratito que empezó a rodar la pelota. Con los cambios xeneizes, Demichelis tuvo que reaccionar y mover también el banco. Primero para recuperar la mitad de cancha que había perdido. Y luego para reforzar la defensa, ya que Boca atacaba con cuatro. Nobleza obliga, así como cuando hace mal los cambios lo critico, debo decir que ayer acertó.
Pero antes de la entrada de Funes Morí hubo una jugada (aislada por cierto) a favor del local. Cavani madrugó a todos en un centro y su tiro dio en el travesaño. Y luego terminó convirtiendo con una pirueta for export. El línea levantó la bandera y el VAR terminó corroborando su desición. Otro offside tecnológico de los que van a terminar matando al fútbol si no se cambia la regla.
El final fue algo conocido para los hinchas de River. Boca con más desesperación que ideas tratando de crear peligro y River muy bien parado en el fondo esperando la posibilidad de un contraataque. Y se nos dio al final, cuando Colidio quedó solo frente a Romero, pero definió mal y el rebote le quedó a Enzo Díaz que la metió con un tiro cruzado en un arco sin arquero. Fue dos a cero, pero algo más que tres puntos. Porque ahora River volverá a creer en sí mismo. Esperemos que lo mejor esté por venir.
Coincidimos y confiamos que lo mejor puede estar por venir Compartimos tu editorial posteándolo en https://tradicionalriver.blogspot.com/2023/10/el-mas-grande-derroto-al-cada-vez-mas.html?showComment=1696294089067#c5420731653615612519 Abrazo riverplatense
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