Final cantado

El 25 de julio, en el posteo titulado "La culpa no es del chancho" escribí "... El ciclo de Martín Demichelis está completamente acabado y no creo que pasemos a Talleres en la Libertadores. Entonces pasará lo que pronostiqué en mí nota anterior: vamos a haber desperdiciado la oportunidad de cambiar al técnico antes de un mercado de pases y con tiempo para que el nuevo pueda conocer al grupo y trabajar "sin urgencias". Ahora ya está. Todo lo que se haga de acá a fin de año serán manotazos de ahogado". Yo te avisé, cantaban los Fabulosos Cadillacs. Le erré en que no íbamos a pasar a Talleres porque creí que llegaríamos a ese cruce con MD de técnico, pero en el resto mí lectura fue la correcta. Hoy tenemos un plantel mal preparado y con varios jugadores que o no se adaptaron todavía (esperemos que Meza y Bareiro algún día lo hagan, porque lo mostrado hasta ahora es penoso), o ya están de vuelta (Nacho, Lanzini, Funes Morí, Casco, etc), o simplemente no están hechos para River (Enzo Díaz, Gattoni, Fonseca, y una larga lista de "jugadores falopa" que llegaron últimamente). Y, si encima algunos de los que estaban rindiendo bajan su nivel (Paulo Díaz, Borja), no podemos pretender grandes logros. Cómo leí hoy en Tuitter, queda la sensación de que haber llegado a semis es demasiado premio para este plantel. Y, ante este panorama, no nos puede salvar ni el Chapulín Colorado. Armani podrá atajar toda su vida como ayer que, si Borja no la mete, no llegaremos a ninguna victoria. Y podemos tener la mejor defensa del mundo mundial, pero si no hay un buen volante tapón en algún momento quedarán enganchados y chau. Tampoco sirven de nada las buenas divisiones inferiores, si los pibes casi no juegan. Y qué decir de tener a un prócer sentado en el banco (lo amo, pero el 0-3 en Brasil fue todo suyo), si el equipo no le responde.
Solo nos queda sumar puntos para entrar a la Copa del año que viene. Demasiado poco para nuestro ego, pero un montón para las posibilidades reales de este plantel. Porque no es que en el torneo doméstico estemos arrasando. Muy por el contrario, se está jugando bastante mal y no se está convirtiendo. Tanto nos reímos del ex club y, al final, si ganan la Copa Argentina promediarán un año mejor que el nuestro.
Ojalá en 2025 podamos volver a las fuentes. Más fútbol y menos negocios. Traer a los mejores solo si no hay un pibe que pueda ocupar ese lugar. Atraer a los hinchas genuinos y a las familias a la cancha (a propósito, estuvo genial el recibimiento de ayer, pero si la hinchada pasa a ser más importante que el equipo, tenemos un problema serio). Y quienes queden en el plantel deben comprometerse a dejar el pellejo en cada pelota, sin importar el rival o la competición que esté jugando.
¡Somos River, carajo! Gritémoslo bien fuerte hasta que Brito y Patanian se enteren y comiencen a trabajar para lograr el peso que la institución debería tener en AFA y la CONMEBOL. Hasta que Enzo y Ponzio se den cuenta de que no se puede traer a cualquiera sin pergaminos. Hasta que el Muñeco le empiece a dar minutos a los cracks de las inferiores. Y hasta que a los jugadores les de ganas de defender el manto. 
Ya está. El sueño terminó en pesadilla. Pero este sábado cueste lo que cueste, este sábado tenemos que ganar.

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