Corazón caprichoso
14 de febrero. Día de los enamorados. Y todos los que amamos la banda roja que nos cruza el pecho teníamos la oportunidad de pasar un rato frente a la TV viendo a River Plate.
Pero cuando se trata de fútbol o de amores, el destino suele ser caprichoso y hacer todo lo contrario a lo que a nosotros nos gustaría. Ya el rival no era el más adecuado para vivir la noche soñada. Atlético Tucumán nos viene dando disgustos seguido, por lo que sabíamos que no la íbamos a tener fácil.
Y, de hecho, fueron ellos los que tomaron la iniciativa y nos atoraron en nuestro área durante varios minutos sin que pudiéramos salir. Para colmo, el DT había decidido darle descanso a los zagueros titulares y mandó a la cancha a Boselli (en lo que fue su debut como primer central) y Funes Morí. Y, aunque no jugaron mal, quedó muy claro que por el nivel que viene mostrando, hoy Paulo Díaz no puede faltar. Y menos en estos partidos chivos en los que el rival sale a hacer valer su localía. Ok, decíamos que el rival no nos dejaba salir, hasta que después de un rato de a poquito lo fuimos equilibrando. Y entonces Herrera corrió una pelota que parecía pérdida y llegó a mandar un centro alto y pasado con lo justo. La bocha cayó cerca del segundo palo y Colidio, en lo que fue su única jugada del partido, la bajó de forma magistral, giró y se la pasó a Nacho que venía tocando bocina. El ex Gimnasia vio que un defensa iba a llegar al cierre, entonces se las ingenió para que lo toque y le cometa penal. Sí, penal para River, en Tucumán, y en un partido en el que el rival estaba haciendo mejor las cosas. Barco tomó la pelota e hizo oídos sordos a la petición de Borja, que también quería patearlo. Acto seguido, sacó un tirito al medio que el arquero atajó con los pies. Pero, por suerte para nosotros, hubo invasión de zona y el árbitro, a instancias del VAR, hizo que se patee de nuevo. Está vez, además del pedido de Borja, se sumó Demichelis que, entre gritos y movimientos ampulosos, dio la orden de que lo patee el colombiano. Pero Barquito estaba enceguecido y no escuchó razones ni acató la orden del DT. La cuestión es que volvió a patear él y está vez la colgó por encima del travesaño. El capricho de un tipo, un empleado del club, nos arruinó la noche. Porque todos los hinchas nos dimos cuenta de que, así como estaba jugando el equipo, iba a ser muy difícil tener otra tan clara. Terminamos el primer tiempo como pudimos.
Yo no sé qué pasó en el vestuario. Pero me imagino que Demichelis no se debe haber comido tan fácil ese caramelito. Que después, en las declaraciones, todos hayan bajado el tono, no quiere decir que Esequiel no se haya comido una gran cagada a pedos.
Por lo pronto, cuando salió el equipo a jugar el segundo tiempo, el ex Independiente se quedó en el banco. En su lugar entró Mastantuono. Y, si bien hizo un partido correcto, no entiendo la necesidad de que tanto él como Ruberto ingresen todos los partidos. El de ayer, como se venía dando, no me parecía un buen escenario para que los pibes sumen minutos.
Durante este período tuvimos algunas chances, pero las más claras las tuvo el rival, que simplemente no ligó.
El empate nos dejó una sensación de vacío por lo ocurrido con la jugada del penal. Porque, de lo contrario, no tengo dudas de que se ganó un punto.
Lamentable lo de Barco.
ResponderEliminarQue se quede en el Banco por uno o dos partidos. Sino Micho va a perder autoridad, (si es que todavía conserva algo después de lo del año pasado).
En fin, desobedeció y dejo enridiculo al dt delante de todo el mundo.
Eso se debe cortar por bien del dt.
Sin más lo saludo muy atentamente, señor patadura