Dormidos
River empezó esta copa de la liga cometiendo los mismos errores de la anterior. La diferencia está en la excusa. Antes era un plantel heredado por Demichelis y ahora, supuestamente, es el que él armó. Entendiéndose por "armó" lo que se vio en el mercado de pases. Se "deshizo" de muchos y no trajo casi a nadie.
Y es fundamental hablar del armado del plantel para entender lo que pasó ayer. Seguramente tanto dirigentes como cuerpo técnico dirán que tuvieron la mala suerte de que se lesionen varios. Pero la realidad es que en un fútbol tan físico como el nuestro, tener seis bajas por lesión, y más al terminar una pretemporada, no es nada de otro mundo. Lo que realmente pasó es que subestimaron el tema de los refuerzos, o creyeron que subir juveniles era lo mismo que traer gente experimentada. Y por ahí, a largo plazo, los pibes la rompan y nos den muchas alegrías. Pero no podés hacer debutar a dos nenes, en un contexto chivo, cuando te están cascoteando el rancho, y solamente por el hecho de que no tenés a otro para poner.
Y lo mismo vale para Fonseca (que aunque más grande, es otro pibe). Lo traes del fútbol uruguayo, que por poco juegan con el mate en la mano, y lo tirás de titular el primer partido. Y nada más y nada menos que para sustituir a Enzopé (con el significado que tiene para el hincha). ¿Y el tan mentado tiempo de adaptación? No, lo que pasa es que no había otro. Otra vez, error en el armado del plantel.
Ahora se está negociando mal y a las apuradas para tratar de que llegue alguien. Lo primero que te enseñan en marketing es que el precio de las cosas es relativo. ¿Cuánto vale un chupete para alguien que no lo necesita? Nada o, a lo sumo, el "valor de mercado". Ahora, ¿cuánto vale ese mismo chupete para un padre primerizo, a las dos de la mañana y en la única farmacia de turno de la zona? Lo que se lo quieran cobrar, porque necesita calmar a su hijo para poder dormir un rato. Lo mismo pasa con los jugadores. Ni Sant' Anna, ni Villagra garantizan jerarquía. Son dos buenos jugadores. Pero ninguno es un fenómeno. Y, por lo que se lee en las redes, los clubes dueños de sus pases están pidiendo una barbaridad por cada uno de ellos. Están jugando con la necesidad de River y saben que las arcas del club están llenas. Combo terrible para poder negociar.
Dicho todo esto, volvamos al partido. River salió a jugar el primer partido del campeonato y en una cancha que estaba "al 60%" (según el notero de la tele) para disputar un partido, con once titulares más dos defensores suplentes. El resto del banco eran pibes que todavía no habían debutado.
Y, aunque hubo cambio de nombres y de esquema, los errores fueron los mismos del torneo pasado. Un medio que no para a nadie. Un ataque (sumando delanteros, volantes ofensivos y laterales) que crea pocas situaciones en comparación al tiempo de posesión de la pelota. Y un equipo que juega de forma aceptable el primer tiempo y merma su rendimiento en el segundo.
Y todo esto agravado por las decisiones del DT, que parece no entender el sentido de los cambios y mete y saca jugadores como jugando a la marchanta.
La verdad es que con el diario del lunes, el empate parece demasiado premio para un River que nunca se adueñó del partido y terminó pidiendo la hora en casa. Porque ya al ratito de empezado el partido Armani se vió obligado a estirar toda su humanidad para llegar a rozar una pelota que tenía destino de gol. Y aunque por momentos del primer tiempo el Millo pareció dominar gracias a la insistencia de Borja que nunca te deja a gamba (con gol incluido), en el segundo volvieron a salir papando moscas y Argentinos empezó a equilibrar las cosas hasta que llegó al predecible empate. Y no lo ganó porque hay un chileno llamado Paulo Díaz (para mí, de los pocos que aprobaron) que juega de zaguero y la sacó en la línea. Si no, hoy estábamos hablando del merecido triunfo del Bicho.
Seguramente nos van a decir que esto recién empieza, que el mal juego es entendible luego de una pretemporada (como si en eso el rival no estuviera en las mismas condiciones) y que ya van a llegar refuerzos (tarde, nene) o van a recuperar lesionados. La verdad es que cuando se cometen errores de diagnóstico (mal armado del plantel, no cuidar a los juveniles, etc) es muy difícil creer que algo pueda salir bien. Pero esto es fútbol y, por suerte, la lógica y las estadísticas no siempre mandan. No esperemos ver un mejor funcionamiento el miércoles frente a Barracas. Pero quizá con el tiempo las fichas se puedan ir acomodando y el futuro no sea tan malo como lo vemos hoy.
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