El tiro del final

River volvió a ganar en el Monumental y sigue escribiendo su racha para la historia. Pero un partido que debió ser accesible se volvió otro calvario. Esta vez no fue culpa de nadie del millonario, si no de un impresentable árbitro. Cuando finalizaba el primer tiempo Paulo Díaz fulminó al arquero tucumano luego de recibir la pelota de un contrario que la había pifiado. Pero el referí anuló el gol después de ir al VAR porque según él, el chileno estaba en offside (hasta ahí estamos de acuerdo) y el defensor tucumano no había tenido la intención de jugar la pelota de ese modo. Según el nuevo reglamento, el pase atrás anula una posición adelantada siempre y cuando el jugador que hace el pase tenga la intención de jugar la pelota (y no que le rebote, por ejemplo). Cada lector tendrá su opinión sobre esta jugada. Yo digo que si un jugador levanta la pierna y hace el movimiento necesario para impactar el balón, es obvio que tiene la intención de patearlo. Ahora, si le pega mal y le queda a un contrario, ya son $5 aparte. Con el criterio del árbitro, se cobrará offside cada vez que un jugador cometa una pifia, porque no conozco a nadie que tenga la intención de darle la pelota a un contrario.
Está jugada vuelve a remarcar lo que vengo sosteniendo hace rato. El VAR va a matar al fútbol. Una cosa era usarlo para ver si la pelota entró o no, y otra muy distinta es usarlo para marcar estas posiciones adelantadas milimétricas que le sacan emoción y naturalidad al juego.
Más allá de esta jugada (o pese a ella si es que desconcentró a los jugadores) el Millo jugó mal. No tuvo la frescura ni el poder demoledor de otros partidos en casa. Es verdad que Atlético es un muy buen equipo y se pararon formando un bloque defensivo muy sólido (e hicieron tiempo de una forma que rayó lo antideportivo). Pero si pretendés ser el mejor equipo de Argentina y uno de los mejores de América, tenés que encontrar soluciones a este problema. El único que intentó siempre, aunque no siempre tomando las mejores decisiones fue Barco. Y Nacho también tuvo un buen partido. El resto jugó de seis para abajo. Lanzini todavía no demostró por qué es titular (y mucho menos por qué lleva la 10). De la Cruz tuvo un partido discreto. Y Borja, aunque no jugó mal, lo hizo casi todo el tiempo de espaldas al arco rival. Por favor, que alguien que entienda más de táctica que yo me explique de qué sirve tener una poseción del setenta y pico por ciento si vas a jugar con un solo punta y este recibe tres de cada cuatro bochas de espalda y debe perder tiempo en darse vuelta y cascarse con los zagueros rivales.
Demichelis debe haber notado algo de ésto porque promediando el segundo tiempo hizo entrar a Colidio (otro que todavía no justificó su compra) y Rondón. Y un ratito después lo puso también a Solari.
Y tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Y se rompió en la jugada del final, cuando Rondón pudo impactar de cabeza un centro de Pablo Solari y la mandó a guardar. Fue el premio a una búsqueda incesante durante todo el partido.
River entonces volvió a ganar y quedó en zona de clasificación. Es de esperar que ahora puedan mantener esta voracidad cuando jueguen de visitante sin comprometer por ello al fondo. Lo digo por el partido de mañana. Pero mucho más porque el primero de octubre, cueste lo que cueste, hay que ganar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Horroroso

Mucho de lo viejo para ser nuevo

Va queriendo